ERZSÉBET (SIX HUNDRED AND FIFTY - 2024) - Análisis / Crítica / Reseña

Una de las propuestas más sorprendentes del panorama extremo nacional de los últimos años, es la de los catalanes ERZSÉBET. La formación afincada en Barcelona lanzó en 2024 uno de los trabajos más sólidos y enriquecedores que recuerdo haber escuchado en mucho tiempo.

Una banda que con apenas 4 años de trayectoria ha logrado alcanzar muchas más metas que otras bandas del mismo tipo que llevan más años en la lucha. Siendo prácticamente desconocidos a nivel nacional, espero que, con el pase del tiempo, podamos verlos en un lugar y posición privilegiada, ya que lo que han conseguido con su debut “Six Hundred and Fifty” es absolutamente demoledor.

Tener una propuesta de tal envergadura con tantos elementos diferenciadores me hace apreciar que el buen BlackMetal ha ido variando y que a día de hoy existen infinidad de propuestas. Pero la clave es la procedencia, ya que no hablamos de una banda del norte de Europa, estamos en España y que a día de hoy se practique Black con esta identidad y calidad, denota que algo está cambiando en nuestro entorno.

ERZSÉBET hacen su primera aparición en 2021 de la mano de “The Blasphemous Lady”, un primer EP inquietante con una portada que es el reflejo del título de la banda, dedicado a la condesa Bathory. 6 temas sobrecogedores, envueltos en un aire siniestro y malévolo que ya dejaba entrever la dirección que estaba tomando la banda por aquel entonces, un reflejo de lo que son hoy día. En aquel Ep se veían los parecidos con CRADLE OF FILTH, es imposible no nombrarlos y menos cuando es un Ep que bebe mucho de esa influencia musical del “Cruelty and the Beast”. Pero pese a la similitud tomando algunos retazos o matices musicales; nos encontramos con un trabajo serio, capaz de ponerte los pelos de punta y con una voz espeluznante (a cargo de la propia Erzsébet) capaz de sembrar de oscuridad el día más soleado. 

Un Ep que es un tesoro de incalculable valor. Lo tenéis disponible en Spotify. Dadle una oída porque no tiene desperdicio. Una banda que en vivo se entrega al máximo y su puesta en escena es de las mejores que recuerdo haber visto en los últimos años en una banda estatal. Teatral, tétrica y desplegando una oscuridad aterradora que te devasta con una simple mirada.

Después de este vendaval de maldad; la banda se entregó al trabajo de cara al futuro. Y tres años más tarde llega su único lanzamiento oficial hasta la fecha y del que voy a hablar a partir de ahora, “Six Hundred and Fifty”. Una joya de incalculable valor tanto conceptual, lírica como musical y con una portada que es el reflejo de las cruentas barbaridades que cometió en vida la propia condesa, conocida también como la condesa sangrienta. Una obra y una banda que vive por y para la condesa Bathory. Lo de su Ep no era un simple reflejo momentáneo de una idea fugaz. La banda desde su origen tenía muy claro que camino quería seguir. El hecho de unificar la sangre, la barbarie, la muerte y la oscuridad junto al BlackMetal hace que este disco cobre una importancia mayor, pero no por ser un único reflejo malvado de la figura de este ser, sino por la emoción que desprende la obra, y la capacidad que tiene para apresarte bajo sus brazos puntiagudos deseosos de placer carnal.

Dicho de otro modo, el enfoque y la trama de la obra viene perfecta para adornar este subgénero. La negrura del paisaje desolado, las catacumbas; los cuerpos desnudos llenos de heridas, la sangre; los aparatos de tortura; los cadáveres amontonados; los lloros, los chillidos, la agonía. Un Black Metal sinfónico y sombrío en el que ERZSÉBET no sólo retrata los tormentos que la Condesa Bathory cometía sobre sus víctimas. La capacidad que han tenido para trasladarte a esas umbrías tierras húngaras, sus castillos, la recreación del entorno, la maldad en sí misma, es algo que a mí todavía me sorprende por lo bien hilado que está todo, y la envergadura musical recreada en esta atmosférica cruzada que nos traslada al territorio del culto a la sangre.

Retratar con música esos eventos por mucho que hayas leído o estudiado la conducta, el entorno y las locuras de la figura de la condesa Bathory es una cosa, pero intentar plasmarla a través de la música es algo que lleva su tiempo. Utilizar herramientas como el teclado o las guitarras puede ser una buena arma para conquistar al oyente, pero si encima añades una gran voz que imite todo tipo de registros, desde gritos, berridos o hasta alaridos o la risa macabra, ahí es cuando obtienes un equilibrio mayor. Por ello destaco la labor de todos los músicos, pero en especial Elizabet que ha realizado una labor minuciosa ahondado en cada sendero para que seas capaz de perderte y vivir de primera mano el horror más decrépito. Adentrarse en un mundo tan ritualista y enfermo como este tiene mucho mérito, pero trasladarlo a nuestros oídos para que sintamos el miedo recorrer nuestra piel, es algo que denota mucha sensibilidad y mimo musical, ya que al fin y al cabo es lo más complejo para una banda. Trasladar mi cabeza a ese ambiente tenebroso ha hecho que me sienta preso del miedo y del pánico más de una vez. Sobre todo, cuando leía las letras y visionaba cada emoción que transmitían las canciones.

Y ERZSÉBET ha construido un mundo plagado de maldad, esoterismo y brujería que es un deleite para los oídos. Líricamente es uno de los platos más exquisitos que he tenido el placer de degustar últimamente. “Six Hundred and Fifty” es un trabajo IMPRESIONANTE en toda su extensión. Un trabajo que consigue su propósito; arrastrarte al fondo de una mente perversa para que vivas de primera mano las tórridas humillaciones de un ser maléfico que no entendía de dignidad, ni pudor, y donde su depravación llegaba hasta límites insospechados. 

Musicalmente es una obra llena de mucho carácter y con una atmósfera sombría que utiliza la velocidad y la potencia para fortalecer su penetrante sonido. El uso de los teclados otorga mucha fuerza a los temas. El disco se compone de 11 piezas, no más de 36 minutos de duración. La banda compuesta por cuatro integrantes Erzsébet: Voz (Elisabet), Angelvs: Guitarra (Ángel), The Growlist: Bajo (Albert) y Cerbervs: Batería (Mark) es una banda de directo como ya comentaba previamente, aunque su música en estudio tiene un gran sonido y viene apoyada por una gran producción. La propuesta se mueve muy bien en ambos ámbitos y realza ampliamente ese enfoque teatral que imprimen las letras. “Six Hundred and Fifty” salió el pasado mes de junio de 2024 a través del sello noruego Whispering Voice Records. Como nota adicional, el tema número diez “Domina Vestra” cuenta con la participación de la soprano Zoe Marie Federoff, también teclista de CRADLE OF FILTH.

Este disco es un depredador, tal y como lo era la condesa Bathory, allá donde había peligro, siempre acechaba y eso estimulaba sus ganas de infringir más daño todavía. Es el ejemplo de pistas cuyos títulos ya hacen presagiar lo que se te viene encima. "The Chest with the Thousand Spikes" y "The Cage the Torch and Corpses" son dos de las pistas más demoledoras del álbum, la primera es más salvaje que la segunda, pero ambas vienen acompañadas de riffs afilados y sinuosas capas de teclado con sus abruptas punzadas tétricas que parecen sacadas de una noche invernal solitaria y pálida. La batería a piñón golpeando con toda la intensidad, unifica sus afiladas zarpas a unas guitarras tumultuosas cargadas de furor máximo.

El álbum incluye varias pistas a modo de interludio, tenemos la intro a piano “Redemption of Evil” con un sintetizador hipnótico y tétrico que sirve de antesala a las dos pistas previamente señaladas, este tema por cierto ha sido compuesto por Joaquín Padilla (LEGADO DE UNA TRAGEDIA). También tenemos “Spectral Cortège” que tiene un temple más de cortejo, pero igual de místico y misterioso que su predecesora y que sirve de intro para adornar el inicio de la impactante “Daughters of Zémans”, una de las canciones más directas del álbum y donde veremos la fascinante recreación vocal de Elisabet añadiendo esa repugnancia, maldad y deshonor que necesita la obra. El graznido de los cuervos y las risas de fondo dan ese enfoque ambiental casi despiadado que necesita la obra en según qué momentos. Esta pieza es un vendaval de oscuridad, sobre todo cuando se unen las guitarras y los teclados y se crea una simbiosis malévola que a mi en lo personal, me produce emociones y escalofríos, sobre todo cuando los gorgoteos de guitarra empiezan a fluir con más intensidad.

La esotérica “Lunar Liturgy” es una pieza muy representativa y visual, recargada de riffs imponentes y unas finas líneas de teclado hipnotizantes. “Somewhere in Csejthe” tiene un aleteo casi angelical al principio que va sucediéndose mediante susurros y un teclado de catedral que afianza su premisa para después golpearte con la mayor contundencia posible. Aquí los alaridos tienen otro peso importante, este tema me recordó mucho a los COF de la última época, sobre todo en la parte más rítmica cuando la banda decide incrementar su tormento, que es cuando más se ven esas influencias o parecidos a nivel sonoro.

Cabe mencionar que todos los textos del disco están escritos por la banda, excepto la introducción narrada de “Wherefore” que pertenece a la sentencia original de cadena perpetua según la biografía de Erzsébet Bathory. Esta canción es bastante pintoresca e hipnótica y me gusta mucho como hace uso de la melancolía vampírica; sobre todo la forma de entrelazar el piano con las guitarras y como se acoplan perfectamente a ese muro de riffs pesados hasta alcanzar esa agresividad constante. Además, re escucharla una y otra vez me ha venido a la mente otra banda que me gustaba mucho en los 90, los noruegos Covenant.

La de cambios, giros y matices que tienen los temas denota el gran trabajo compositivo que hay detrás. Sobre todo, la dedicación y el mimo existente en cuanto al detalle. Algo que ocurre en toda la obra, desde la pista final “Sirfelirat” que pone el broche de oro con su gélido manto invernal o la que es para mí una de las mejores composiciones del disco “Crystalline Sparkles on Bluish Skin” que te perfora con su fatalidad para después golpearte sin perdón con una batería galopante a toda velocidad, cortando el viento por medio unas cuchillas afiladas sedientas de sangre y un ritmo lujurioso ansioso de placer. Puro BlackMetal vampírico de los 90 que hará las delicias de los amantes del género. Pero esto no termina aquí, me dejo una canción y es nada más y nada menos que “Domina Vestra”; una pieza emotiva a la par que lúgubre que se eleva frente al resto por medio de sus cánticos, desde el profundo gutural de Elisabet hasta la colorida voz de Zoe Marie Federoff (Cradle of Filth) que enaltece todo el entorno, trasladándonos a un terreno inhóspito. Musicalmente es más tenue que otras canciones del disco, pero igualmente fascinante, envolvente y con un uso de las guitarras que te hará temblar de emoción.

Ya en el tramo final, me gustaría hablar de la portada realizada por Irene Serrano Espejo que retrata muy bien ese aroma decrépito que desprende “Six Hundred and Fifty”. En lo artístico hay un trabajo muy cuidado, algo que se agradece. Y como dato final algo que muchos no sabréis, pero el disco está dividido en tres actos, primer acto titulado “Apparitio Calvariae” comprende los tres primeros temas, luego está el segundo acto “Symphonica armoniae Infernum revelationum” que va desde el cuarto hasta el séptimo tema, y por último el tercer acto “Damnatio Memoriae” que recoge desde el octavo tema hasta el número once.

Finiquitando, ERZSÉBET lanzaron en 2024 el que es para mí, uno de los mejores trabajos nacionales de Black Metal de los últimos años. Un disco casi perfecto que lo tiene todo y que encumbra a la banda a lo más alto. Espero de corazón que lleguen los éxitos, y que os animéis a darle una oportunidad a esta formación. Una JOYA así no puede pasar desapercibida. Discos así no se ven todos los días. Mucho menos con este nivel de detalle, y con esta calidad musical tan arrebatadora. Impresionante es poco.

SELLO: WHISPERING VOICE RECORD

NOTA: 9/10

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AUTOR: FRANCISCO ROMÁN (TWITTER)

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