MURMUR (RED HILL, EP - 2025) - ANÁLISIS / CRÍTICA / RESEÑA
Según las anotaciones de la banda, Red Hill es más que música, aquí tenéis un pequeño extracto referido al concepto principal de la obra.
“Red Hill reivindica un lugar muy concreto dentro de nuestra ciudad y nuestra tierra, exponiendo pasajes de su historia y todo el olvido que la envuelve. Además, es una retrospectiva íntima a través de diferentes épocas y acontecimientos históricos, que toma el templo y monumento al Sagrado Corazón de Jesús como elemento central y, a su vez, como catalizador del dolor y el odio.”
Si vuelvo atrás en el tiempo, sobre mis pasos, yo recuerdo a MURMUR como un remedio balsámico para las heridas, al menos así fue en mi caso. Allá por 2022 conocí “Pvtrefactio” y años después no salgo de mi asombro al conocer este fabuloso “Red Hill”. La montaña roja, la montaña bañada de sangre, ese color intenso de la portada y ese monumento del Sagrado corazón vuelto del revés, que imagen tan impactante y si conoces la historia que hay detrás, que imagen más dolorosa, más estremecedora y que fuerza ejerce cuando la miras atentamente.
Creo que esa simpleza impactante casa perfectamente con el mensaje que hay detrás de cada una de las letras del EP “Red Hill”. Tres piezas “Red Hill I - The Dead”, “Red Hill II - The Execution” y “Red Hill III - The Calling” forman este estandarte que segrega todo tipo de emociones y sufrimientos, una tierra que todavía sufre, bañada de sangre, huesos, muerte, desolación y también decadencia. Lamentos que emergen en las noches escabrosas, almas en pena que deambulan hacia ningún lugar, una tierra marcada por el hambre, el recuerdo lleno de dolor; la pesadez de llevar una carga que sigue atormentando a todos los presentes y una realidad que no se olvida.
Unas letras que cobran vida cuando la música reaparece; y en este EP me trasladan a ese instante, poniéndome la piel de gallina. Las tres pistas están conectadas, pero es la música las que las ampara. La música es el abrigo de esas almas extraviadas, el brazo que las sujeta y las acoge, la mano amiga que las ilumina y las lleva hacia un acto de justicia y salvación.
Un Post BlackMetal de tintes progresivos que ha mutado, para surgir con más temperamento que su predecesor. Una pieza de tal envergadura dividida en tres fragmentos que me ha hecho admirar aún más el relato en el que se ampara. Una obra que empieza con “Red Hill I: The Dead” que emerge suave con un sonido de fondo de aves, una especie de canto conocido como crotoreo (sonido que hacen las cigüeñas y otras aves, al chocar rápidamente la mandíbula inferior y la superior de su pico). Un corte que impone y conforme avanza se va volviendo más quebrado y desolador. En sus 8 minutos de duración encontraréis planos calmados, toques acústicos, riffs deprimentes, desgarros vocales y muchos matices, hasta una velocidad que la eleva aún más y la dota de una crudeza y una fuerza demoledora. Espectacular comienzo y que en su ecuador deslumbra con algunos giros vocales y roturas del tempo que te encandilan mucho más de lo que ya hacía “Pvtrefactio” en su totalidad, pero que, por cosas de la música, no terminaban de explotar como si lo hace “Red Hill”. Y Pvtrefactio era un pedazo de álbum que conste. Pero analizando ahora; y escuchando detenidamente “Red Hill”, me encuentro la dramatización de una obra mucho más apuesta, y con una musicalidad cargada de simbología y referencias que hace que todo tenga otro sentido. Y más sentimiento, porque el sentimiento en un disco es tan importante como lo es la música o la letra, este disco tiene ese sentimiento y esa vida propia.
Algo ha cambiado en MURMUR, y es que la banda ha madurado y tiene las cosas más claras. Los músicos han mejorado y eso se nota, desde los desgarros de Bea y el nervio enfadado de su agonía vocal; hasta la forma de retratarlo. Incluso la batería, su forma de golpear, su potencia, mejor ritmo y sonoridad. También contundencia. El bajo, un instrumento tan delicado y tan importante y que tanta paz transmite, no sé, son un cúmulo de elementos e ideas que congenian mejor con la gran producción. Las guitarras ahora desprenden otro aroma, te explotan en la cara y la sensación de grandeza es mayor, se siente que hay más chicha y también más alma. En general; todo se aprecia mejor y el resultado es más placentero para el oyente; o al menos así lo percibo yo.
Volviendo a los temas, el disco cobra o adopta otro nivel, cuando empieza la pista número 2 “Red Hill II: The Execution”; esa intro con sus sirenas de fondo; y la voz que narra sucesos dramáticos, un dolor sin nombre recorre nuestro ser. Las guitarras más desgarradoras hacen acto de presencia trasladándonos al desamparo póstumo. Mientras que la voz de Bea desgarra la piel, las guitarras de Igor y Fran rugen de dolor, los guturales se van sucediendo y entre remolinos de exaltación emotiva, la ejecución impacta con una fuerza atroz. Un monolito de pesadez lleno de calma frágil también tiene su momento de algidez (y que leve instante más especial pasado el ecuador; de mis favoritos,) que vuelve a impregnar el aire de esa melancolía tan sutil y embriagadora. Esta pieza, tiene instantes armónicos especiales, es una delicia escucharlos. Sobre todo, el último tramo de la canción donde se ve ese Black difuminado a medio tiempo con algunas de las capas melódicas más dolorosas que ha plasmado MURMUR hasta la fecha. Una combinación que no necesita de atropellos mastodónticos o brutales, más bien una furia calmada que alienta al oyente y desalienta como un fuego cruzado con algunas sinfonías de sufrimiento que escucharás una y otra vez, y no te las quitarás de la cabeza fácilmente.
Final y cierre, llega la que es para mí, la mejor pieza del EP titulada “Red Hill III: The Calling” y la que yo considero una verdadera obra de arte. Además, viene con un videoclip que desde aquí os animo a ver, y que merece mucho la pena. Solo la aparición de Stephanie Condie es increíble, igual ocurre con todo el elenco que ha participado y ha realizado un trabajo impresionante. En cuanto lo veáis lo entenderéis. En temas de composición, es una pieza larga y apesadumbrada. En mi cabeza cada vez que la escucho, la visualizo de una forma, las rosas rojas caen en la tierra e impregnan los restos deshumanizados, unos pétalos que sirven de redención y de sanación para esas almas caídas. Una especie de purificación, la misma que obtengo cuando escucho la parte final de “The Calling” cantada en latín”. Esa parte coral con ese enfoque eclesiástico me ha trasladado a una exaltación y emoción máxima difícil de describir.
Cuando pienso en “Red Hill” y en el trasfondo tan brutal y espeluznante que hay detrás. Su imagen es tan impactante y transmite tanto, que la canción “Red Hill III: The Calling” me eleva a otro nivel desde los primeros compases. Los titubeos de guitarra acústica en el inicio ya vaticinan la llegada de algo grande, melodías entrelazadas que van cogiendo poder y forma, enlazadas a las campanadas que se suceden en un fondo adornado por teclados y una atmósfera cruel, mientras una voz tenue va narrando los infortunios acontecidos. Y a partir de aquí llega la locura y la desesperación, las pesadillas del destino cruel. Una canción cantada con crudeza y mucha rabia; donde vemos otra faceta vocal de Beatriz Benett, ladrando como un ser que tiene una ira que no quiere ser contenida. En lo musical, el abanico de riffs se amplía, así Bea puede soltarse y liberar esas alas flamígeras que porta en sus cuerdas vocales. La potencia se eleva, la batería adopta otro nivel llegando a derroteros de más intensidad e impacto técnico, mientras que los alaridos y las diferentes partes melódicas, narran con estupor la barbaridad sucedida. Una letra aun más cruda en su momento final que hace honor a esta parte de la canción y que sirve para dar la bienvenida a ese coro que antes mencioné y que tanta emoción y lágrimas me ha hecho derramar.
TRES LARGOS CORTES DE UN POST-BLACK TAN DOLOROSO COMO NECESARIO PARA SANAR LAS HERIDAS DE LAS QUE HABLA SU HISTORIA. SI ALGO MALO TIENE ES QUE SE HACE MUY CORTO.
Musicalmente impecable, líricamente crudo, doloroso y triste. Pero esa es la realidad del mundo cruel que nos toca vivir. Que sirva de ejemplo y de crítica. Sobresaliente MURMUR. “Red Hill” es un viaje que mira al pasado y que trae una realidad dolorosa que sigue muy presente en nuestros corazones. En cuanto a lo musical, es su obra más importante e impactante hasta la fecha. Muy superior en concepción y forma a “Pvtrefactio” y un gran logro en líneas generales. Con trabajos así, espero de corazón que lleguen los éxitos y podamos verlos en el lugar y posición que merecen estar.
SELLO: INDEPENDIENTE
AUTOR: FRANCISCO ROMÁN (TWITTER)
ESCÚCHALO ÍNTEGRO DESDE BANDCAMP:






Comentarios
Publicar un comentario