SOMEWHEREOUT (PROVIDENCE - 2024) - Análisis / Crítica / Reseña
Raúl Lupiáñez, escritor, compositor y músico de la escena alternativa malagueña, regresa con la nueva propuesta musical de SomewhereOut “Providence”. Un trabajo diferente más profundo y más metálico que “Deep In The Old Forest”; en mi caso difícil de encasillar por su amplia variedad musical, y por los diferentes rumbos que presenta.
Disco más melancólico que su obra previa con SomewhereOut “Deep In The Old Forest”. Un trabajo al que guardo un gran cariño, y que me sirvió para conocer aún más de cerca a este músico en constante crecimiento.
“Providence” es una obra atípica, no tanto por su concepto, pero si más por su música. No es la música que yo escucho diariamente y al estar tan sumido en el Metal Progresivo extremo, a veces reniego de que también existe un tipo de Rock o Metal Progresivo más ambiental, ecléctico, huraño e íntimo. “Providence” tiene esa diversidad que yo pido muchas veces a un disco. Este en especial juega con lo elemental y con los pequeños matices y además despliega todo un arsenal de energía eléctrica con sus melodías apagadas y sus voces enriquecedoras que te llevan de la mano.
Esto es poesía musical, pese a que no entiendo de música como compositor, porque no soy músico. Si entiendo que existen patrones musicales con los que el oyente conecta de forma inmediata. Yo con “Providence” conecté a la primera escucha. Debe ser porque en aquel momento me sentía bajo de forma, y este disco me llevó en la dirección que necesitaba.
Sin embargo, existen momentos en los que la música tampoco es capaz de aliviarte de tener un mal día. Y todo lo que escuchas te aburre, entonces tu cabeza tiende a renegar de lo que has escuchado, creando una imagen difusa. Pero con “Providence” esa imagen, da una sensación de nostalgia, añoranza y de desesperanza. En cuanto lo escuchas por primera vez, necesitas escucharlo más veces para satisfacer tu alma. Y cada vez más, hasta que ya no puedes parar. Este disco me transmite esa sensación extraña de, esto ya lo he vivido y quiero seguir con ello, una extraña dolencia interior, que al final es lo que transmite si uno indaga en su fondo. Como cuando te haces daño inconscientemente y ese dolor te satisface porque crea una adicción constante. Este disco es una adicción llena de sabiduría y de relatos agridulces.
Recuerdos del ayer, retratos en blanco y negro o en un color pastel desgastado. Imágenes que adornan la portada de “Providence”. Y aunque Raúl ha querido transmitir un enfoque de su obra basándose en los relatos e historias que influenciaron a Howard Phillip Lovecraft. Yo siento que este disco es muy del pasado, tiene un sonido añejo, pero es un sonido moderno, minimalista y emotivo que está más enfocado en el Rock Progresivo clásico, gótico y oscuro que en el Metal Progresivo, aunque este último también está presente en muchos temas. Y las historias del disco son obscuras, situaciones vividas en cualquier familia y sentimientos que forjaron vidas pasadas. No es el típico disco de Rock Progresivo bizarro con letras rebuscadas, todo está muy medido. Estamos ante un viaje que se centra principalmente en el sentimentalismo humano visto desde una perspectiva sensible y trágica.
PROVIDENCE ES EL MEJOR RETRATO DE LA CARRERA ACTUAL DE SOMEWHEREOUT Y SUPONE UN SALTO ADELANTE EN COMPOSICIÓN, EJECUCIÓN Y MADUREZ. POR MUCHOS DISCOS ASÍ DE ESTA CALIDAD.
Es difícil
expresarlo con palabras. Pero cuando escuché “Providence” por primera vez, me
llevó a mi infancia, a un viaje de recuerdos con mis antepasados más cercanos.
Historias que creía olvidadas, y que curioso. La música de SomewhereOut y
“Providence” me otorgaron la capacidad de viajar al pasado y de desenterrar momentos vividos de una
época anterior. El disco tiene un hechizo que nadie querría desempolvar del baúl
de los recuerdos más dolorosos. Porque son recuerdos que duelen, es un disco
que hiere y refleja dolor. Para mí “Providence” es como un gran árbol genealógico y
mientras más indagas, más secretos descubres. Hay que verlo reflejado en el
corte número 7 y uno de los máximos exponentes de la obra. Ese piano, esa
guitarra acústica, la caja y como las melodías van entrelazándose y la segmentación de los teclados va enmarcando el retrato perfecto, una intro de casi
dos minutos y medio que te golpea con una fragancia evocadora y una voz sedosa
que narra un infortunio, esa melodía pegadiza no te la podrás quitar de la
cabeza durante mucho tiempo, es misteriosa, envolvente y a la vez fascinante.
Un caramelo dulce aromatizado por un néctar grandilocuente, pero sin llegar a
la estridencia, manteniendo una línea fugaz y una esencia minimalista que
corrompe tu vida y te llena de anhelos, suspiros y recuerdos marchitos. Veo a
esos críos reflejados en la imagen del libreto y como las letras van danzando y
la música acaricia el pálpito de la pérdida. Que gran labor vocal de Dante
Martín y del violín de Begoña, que buenos solos de guitarra por parte de David
Santana. O el solo de guitarra española también de Raúl, delicioso.
La canción “Providence” posee muchos momentos destacados como la intro tan atrevida que tiene; una delicia auditiva, su desarrollo es como una punzada en la cabeza que se va haciendo cada vez más fuerte, la parte cantada y las colaboraciones, el solo de guitarra y su intríngulis como yo digo que es donde se desata toda la ambición técnica y virtuosa. El momento acústico, bastante solitario y que hace de puente para engalanar la parte final de la pieza que supone el culmen de la obra, teclados sombríos, templados, pinceladas de violín y un compendio de sonoridades que ralla lo amargo, agrio o áspero. La desolación, en definitiva.
PROVIDENCE ES UNA NOVELA LLENA DE DOLOR, RELATOS AGRIDULCES Y SABIDURÍA, ADEMÁS ESTÁ CONTADA DE TAL FORMA QUE TE ATRAPA COMO UNA TELA DE ARAÑA.
Este corte “Providence” es el mejor retrato del disco y contiene la mayor avidez musical de la obra, y si me apuras la composición más brillante de SomewhereOut hasta la fecha. Goza de una fortaleza musical que no decae en ningún momento. Es una interpretación sobresaliente, su elaboración técnica y lírica está muy trabajada, mimada, cuidada. Yo, como amante de las historias retorcidas y oscuras, os animo a leer la obra en la que se basa la letra de esta canción. Estoy hablando de La Caída de la casa Usher de Edgar Allan Poe. Que, por cierto, hay una serie en Netflix muy buena, dirigida por Mike Flanagan que os recomiendo ver.
Pero no todo el disco se basa en el último tema. Pese a tener temas menores en cuanto a duración, hay otros que se las traen como por ejemplo la pista de apertura, la rockera “Under the Black Stars” que tiene un comienzo de piano precioso y una melodía mágica repetida deliberadamente que te cautivará. Una intro heredada de la música impresionista de compositores de piano como Maurice Ravel o Erik Satie. (Sin ser muy conocedor de ambos, he preferido indagar un poco y empaparme de algunos conciertos de piano, antes de hablar largo y tendido.) Esa imaginería que derrochan ambos autores y otros como por ejemplo el virtuoso pianista romántico austrohúngaro Franz Liszt y del que si soy conocedor; sirven de influencia para dar forma a esta imponente obra. Pese a que estos autores son verdaderos maestros. No hay que negar, que la influencia está ahí y Raúl ha sabido inspirarse para confeccionar el álbum cogiendo de aquí y de allá. Por cierto, este mismo tema “Under the Black Stars” está repleto de cambios de ritmo y cuenta con las voces enamoradizas de Alba Bermejo y Carlos Strachan en un inicio que, junto al violín de Begoña Ramos, te transportan a otro lugar. Otra mención especial para los solos de guitarra, o el toque de violín allá por el minuto 3:24 haciendo todo tipo de filigranas que me ha recordado a bandas como Apocalyptica. Mezclar música clásica y rock-progresivo con este desparpajo es algo que echo de menos en la música actual. Enhorabuena a SomewhereOut por esta joya de composición.
El disco tiene una versatilidad muy convincente; en “The Sword” tenemos la típica canción cargada de gancho y de chispa. Otro tema guitarrero con un estribillo muy pegadizo y unas líneas de guitarra más pensadas para el directo. Menos íntimo, pero con una melodía vocal de Abraham Linares que os pondrá los pelos de punta. Ha sido imposible no recordar a Steven Wilson en este comienzo de tema. ¡¡Maravilloso!!
La siguiente pista “Gone” es la contraposición a “The Sword”, la voz de Raúl es casi un canto boreal sumido en la oscuridad. Un medio tiempo suave que tira de guitarra acústica y eléctrica, con una nueva incursión del piano/teclado para crear una atmósfera seductora inolvidable. Tema tranquilo, pegadizo y envolvente que incluye pequeños guiños a algunos autores del Rock Progresivo vintage con los que me identifico, además incluye unos solos de guitarra que os conducirán a otra dimensión. Es quizás uno de los temas más plácidos y relajantes de la obra, e incluso de los más prolíficos y también melancólicos. Un placer auditivo que os calará hondo. Musicalmente atemporal y con un mensaje profundo que se puede entender de muchas formas según la perspectiva de cada quien. Un tema que habla del fin, del paso de la edad, la soledad, los recuerdos marchitos. ¡¡Estremecedor!!
Si alguien quería algo de Rock desgarrado, aquí está “The Green Book”. Es el tema más desenfadado de la obra. Un tema sencillo y efectivo. Además, con una buena labor vocal de Jesús Martínez (The Ivory Hawks) y con un fantástico solo de guitarra de Israel Lupi (41 Ravens), que se las ingenia para sacarme los colores. Yo que soy un amante de los guitarristas solistas, cuando alguien consigue atraparme de esta forma, puedo estar horas (sin parar) escuchando sus solos de guitarra. Y algo así me ha ocurrido con este tema.
Seguimos por la senda guitarrera. Otro tema que tiene gancho y pegada es “Buried”, además cuenta con un rollo macarra muy guapo. Es pegajoso, pero a la vez pálido y tiene un sentimiento de vacío, desconcierto o miedo bastante fuerte. Es sorprendente como una canción a simple vista tan formal, transmite tanto. Sus guitarras cortan el viento y te afilan la piel. Alucinante como de una simple partitura de piano y un rasgueo de guitarra, puede salir una melodía tan delirante. Musicalmente lo definiría como una especie de Rock gótico/alternativo, entre pegadizo y electrizante. Y es que es así, tiene un ritmo desenfrenado, pero en su interior alberga una lírica oscura que te va ahogando lentamente hasta que sientes que estás atrapado y no puedes salir a la superficie. Su hipnotizante final no me lo puedo quitar de la cabeza. Por más que lo escucho, más me gusta.
Pista número seis “The Willows” una canción que me ha traspasado. Y no sólo por la voz de John Serrano que me parece perfecta para el tema, sino por la melodía de piano que enmascara la realidad oscura del fondo ambiental donde se teatraliza la obra “Los Sauces”. Una novela de Algernon Blackwood donde el autor habla del horror sostenido en medio de un paisaje desolado y turbador, un lugar deshabitado a orillas del Danubio, entre Viena y Budapest. Un paisaje que es la puerta de entrada a otra dimensión de lo real.
MEZCLAR MÚSICA CLÁSICA Y ROCK CON ESTE DESPARPAJO ES ALGO QUE ECHO DE MENOS EN LA MÚSICA ACTUAL. PROVIDENCE ES LA MEJOR OBRA DE RAÚL LUPIAÑEZ EN LA ACTUALIDAD, Y UN DISCO QUE DEBERÍA ENCUMBRARLE A LO MÁS ALTO.
“Providence” de SomewhereOut es uno de los discos más impresionantes que he escuchado este año. Y esto, no lo digo por quedar bien con Raúl Lupiáñez o por ser conocedor de su arte. Es verdad que compartimos algunos gustos musicales. Pero el hecho de encontrarme en este trabajo, a algunos de mis autores favoritos de los últimos tiempos, ha hecho que me interese mucho más la obra que aquí se representa.
Y sinceramente, habiéndome empapado profundamente de “Deep In The Old Forest”; pensaba que SomewhereOut lo iba a tener muy difícil para superar dicho trabajo. Escucho esto y me encuentro con las tornas totalmente cambiadas. Y sorpresa, un disco diferente con una base artística y musical ecléctica, reforzada y bien plasmada, pero con una base conceptual mejor escrita que las de sus obras pasadas, y hablo en plural, hablando de sus Ep’s también, algunos de ellos, muy buenos.
Para finalizar, solo os puedo decir una cosa. Disfrutad de la buena música, que es lo poco que nos queda bueno en este mundo de conflictos. SomewhereOut te alumbra en la oscuridad cuando te sientes perdido. Tanto talento no puede quedar en el olvido y discos así no se ven todos los días. Mi más sincera enhorabuena a Raúl por regalarnos este pedazo de álbum llamado “Providence”.
SELLO: INDEPENDIENTE
NOTA: 9/10
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AUTOR: FRANCISCO ROMÁN (TWITTER)
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